El anuncio del gobierno de extender el período de descanso de los y las escolares en la mayoría de las regiones del país, con el fin de frenar la propagación de virus respiratorios, no ha estado exento de polémicas. Particularmente, respecto a qué pasará con la alimentación de los niños, niñas y jóvenes durante la semana adicional de vacaciones, situación que tiene en alerta a las empresas encargadas de brindar este servicio.

Representantes de dichas empresas han denunciado en medios de comunicación nacionales que la asistencia de menores a los establecimientos educacionales durante vacaciones es prácticamente nula, por lo que la mayor parte de la alimentación que se podría ofrecer sería perdida, calificando la situación como “inaceptable”.

En este sentido, nos preguntamos ¿Cuánto es lo que se puede llegar a perder?

Según información a la que tuvo acceso Punto Prensa, la merma total entre el 1 y 8 de julio (período adicional de vacaciones), considerando la alimentación entregada por JUNAEB, nivel medio y sala cuna, podría superar las mil 300 toneladas de alimentos. Cifra que podría aumentar ampliamente, ya que se calculó considerando que asista un 30% de las y los estudiantes, porcentaje que durante períodos de descanso suele ser menor.

La alimentación en los colegios y jardines debe prepararse considerando a todos los menores, quienes, teniendo como base experiencias anteriores, no son enviados a los establecimientos, lo que genera que esta gran cantidad de comida que ya está preparada vaya directo a la basura.

¿Está considerando el Gobierno esta variante? ¿Por qué no implementar un sistema de canastas de alimentos, como fue durante la suspensión de clases por pandemia?