Columna de opinión del Psicólogo José Luis Rojas de www.hipnosalud.cl

Los terremotos son manifestaciones de nuestra naturaleza terrestre y como chilenos hemos pasado varios sismos sobre 7 grados en la escala de Richter, y tenemos el record mundial con el terremoto más intenso registrado, que golpeó a Valdivia el 22 de mayo de 1960, con una magnitud de 9.5 grados Richter. Fue el terremoto más grande del mundo, percibido incluso en todo el cono sur de América, pero en general gracias al sustrato que tenemos en nuestras ciudades, que en general es bastante sólido y la actual normativa de construcción, los daños son menores, a diferencia de este último evento en Ciudad de México, a quienes les jugó una mala pasada el suelo, que era el lecho de una laguna, lo que hizo aumentar las ondas sísmicas y esto, junto a construcciones antiguas y sin normativas antisísmicas, produjo un efecto devastador.

Vemos a diario en las noticias los efectos del terremoto en México, tengo amigos en dicho país y por supuesto entré en contacto para saber cómo se encuentran, ellos están bien, pero al ver los barrios más dañados del DF encontramos a La Roma, Xochimilco, Polanco o La Condesa, este último donde me alojé hace algunos meses en mi último viaje a México, esto sorprende porque son zonas comparables con Providencia o Ñuñoa, con edificios que parecían sólidos, probablemente los mismos edificios en Santiago no hubiesen colapsado, de ahí surge la reflexión, cómo es que no ponemos atención a la lógica de la naturaleza? construimos en lechos de lago, desviamos ríos y le quitamos terreno al mar para construir, pero la naturaleza nos da una vez más una lección, respetémosla a ella y a sus cursos naturales, porque si insistimos en ocupar estos espacios  nuestro planeta nos pondrá una vez mas «los pies en la tierra» y reflexionando sobre lo pequeños que somos.

En general todos los chilenos sabemos qué hacer para protegernos de un terremoto, buscar los triángulos de seguridad o situarse bajo una mesa, etc., pero «otra cosa es con guitarra», es importante tomar conciencia y no intentar tapar el sol con un dedo, dentro de las medidas preventivas que deberíamos considerar, es superar la Tremofobia que es el miedo a los sismos, mucha gente se avergüenza de temerle a los temblores, pero en realidad esto responde a un instinto de supervivencia. … La tremofobia o miedo a los temblores, se caracteriza por un temor persistente, excesivo e irracional a los movimientos telúricos, si superamos esta fobia seremos efectivos y no caeremos en la histeria ni desconcierto frente al próximo temblor o terremoto que tengamos que vivir. Una de nuestras características como idiosincrasia, es dejar todo para el final, solo que aquí no hay fecha final, el próximo terremoto de magnitud podría estar ad-portas o demorar 30 años, pero es seguro que va a suceder.

Prevengamos de la mejor forma y así estar preparados para el día que tengamos que actuar en un país tan sísmico como el nuestro.