¿Se puede ser sexualmente activo a los 75 años?
Los cambios fisiológicos, el miedo o la vergüenza hacen que los adultos mayores casi no hablen de este tema por considerarlo que no está permitido a su edad. Sin embargo, expertos en el tema plantean que es tan necesario, como tomarse los medicamentos, para el bienestar físico y emocional.
La sexualidad ha acompañado al hombre desde sus inicios. Ya sea en el autodescubrimiento, experiencias furtivas o relaciones de pareja que una persona desarrolla a lo largo de su vida. Pero hablar sobre este tema no es fácil, más aún para una sociedad como la chilena donde la palabra ya produce nerviosismo, tímidas risas o rápidas bromas para salir del paso.
Esto no es muy diferente en el caso de los adultos mayores, donde existe la creencia que esa es una parte de su vida que le es prohibida, que ya la vivieron en su juventud y que hoy, dado los cambios fisiológicos que experimenta el cuerpo no es posible. Es como si de un momento a otro pasaran a ser personas sin necesidad de goce sexual.
Al respecto, la matrona y académica de la Facultad de Medicina de la U. San Sebastián, Maricela Pino, asegura que “existen una serie de creencias y prejuicios”, por lo que es relevante educar en estos aspectos para que los adultos mayores puedan empoderarse de sus derechos sexuales.
“Es falso que los adultos mayores no tienen necesidades sexuales o que sus necesidades están fuera de lugar, ya que persiste el deseo, el placer y el atractivo. Los seres humanos nacemos y morimos sexuados, por ello creer que esta necesidad no existe, muchas veces tiene que ver con un prejuicio más que con una realidad. Asimismo, la actividad sexual a esa edad entrega beneficios asociados como sentirse feliz, elimina el dolor, regula el insomnio, la depresión y mejora el clima de las relaciones interpersonales, entre otros aspectos”, explica la docente.
Respecto a cómo se viven los procesos, la profesional explica que “en los varones puede existir una disminución del deseo y las fases de erección y eyaculación pueden tardar más tiempo. Pero, pese a estos cambios, si existe la posibilidad de mantener actividad coital, inclusive existe un número importante de adultos mayores que mejora su experiencia sexual durante la adultez. En el caso de las mujeres, la respuesta sexual también presenta cambios como disminución del deseo o dificultades en la lubricación. Esto obedece a factores psicosociales y a bajas hormonales, sin embargo, pese a esto, si pueden reaccionar sexualmente frente a estímulos eróticos, es más persiste su capacidad multiorgásmica”.
Finalmente, la académica de la USS hace hincapié en que se debe entender que la tercera edad “es una etapa de la vida donde las capacidades de las personas evolucionan en distintas direcciones, algunas se deterioran, otras se enriquecen y algunas se mantienen por eso hay que considerar el concepto amplio de la sexualidad, donde se posibilite el placer por el contacto corporal global y de la comunicación, así como de la seguridad emocional que da el sentirse querido, donde el coito puede o no puede ser parte de esto”.
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